Después de varios años, en diciembre de 2017 volvimos a visitar Tignes. Esta estación de esquí ha sido muy importante para muchos esquiadores españoles que la eligieron para alguna de sus primeras salidas a los Alpes. Su imagen quedo asociada a un destino con un buen dominio esquiable, el espace Killy resultado de la unión física con Val d'Isere, y una buena relación valor-precio para aquellos que buscaban un alojamiento económico, fundamentalmente en apartamento.
La estación de esquí de #Tignes se desarrolló en gran parte durante la década de 1960 y su estilo de construcción refleja el diseño arquitectónico de la época. Sin embargo, en los últimos años Tignes viene trabajando con bastante acierto en la mejora de la estación de acuerdo a un modelo adaptado a los nuevos tiempos que se ve reflejado también en el aspecto de las nuevas zonas urbanizadas o en las obras de renovación de algunos edificios.
Durante nuestra visita fuimos testigos de ese cambio que viene produciéndose en Tignes y pudimos descubrir un Tignes diferente, mucho más sofisticado y "exclusivo". Alojamientos renovados, chalets y hoteles dirigidos a una clientela más exigente, y sobre todo una oferta gastronómica excepcional que experimentamos en primera persona.
Tignes se encuentra situado en el valle de Tarentaise, en el departamento de Saboya, en la región de Ródano-Alpes, en el sureste de Francia.
La estación de esquí de Tignes comprende 5 localidades; Val Claret, Tignes le Lac, Le Lavachet, Tignes Les Boisses y Tignes-les-Brévières. Las tres primeras están muy próximas entre si y están situadas a 2100 metros. Les Boisses y Les Brevieres están situadas en la parte inferior del valle, encima y debajo respectivamente de la gran presa construida en 1952 y que sepultó bajo sus aguas a la antigua población de Tignes.
Nuestra recomendación es buscar un alojamiento en Tignes le Lac. Este núcleo es el centro neurálgico de la estación, una ciudad en miniatura rodeada de nieve y de pistas donde podemos encontrar multitud de servicios y tiendas de todo tipo. Diseñado para ser cómodo y funcional para sus visitantes, puedes salir y llegar esquiando a tu alojamiento.
Nosotros nos alojamos en el emblemático y recomendable Hotel Le Refuge situado a pie de pistas. Construido en 1924 para servir de refugio de montaña, era una de las pocas construcciones que existían en Tignes en la primera mitad del siglo XX.
Durante los meses de invierno Tignes es 100% esquí, con una clientela joven, internacional y deportiva.
Esquiadores que buscan disfrutar de un esquí sin limites gracias a uno de los mejores destinos para la práctica del esquí de Europa.
El dominio esquiable de Tignes - Val d'Isère es una de las zonas de esquí más bonitas y grandes de los Alpes. Tignes – Val d’Isère cuenta con una moderna red de 78 remontes y 300 kilómetros de pistas de esquí adecuadas para todos los niveles, desde principiantes hasta expertos (verdes, azules, rojas, negras y "Naturide", itinerarios fuera de pista seguros, pero sin pisar).
La unión de ambas estaciones conforma el dominio esquiable conocido como Espace Killy. El área de esquí debe su nombre a Jean-Claude Killy, ex corredor de esquí alpino que dominó el circuito mundial a finales de los años sesenta, ganando dos títulos de la Copa del Mundo, en 1967 y 1968. Fue además triple campeón olímpico, ganando los tres eventos alpinos en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1968. El Espace Killy se extiende desde el Glaciar de Pisaillas sobre el Col de l'Iseran en Val d'Isère hasta el glaciar de la Grande Motte encima de Val Claret en Tignes. El dominio cuenta con un desnivel esquiable de 1906 metros. Su punto más alto lo encontramos en la parte superior del teleférico de la Grande Motte a 3456 m. Desde ese punto podemos descender esquiando hasta la villa de Tignes les Brévières a 1550 m.
Tignes es también un destino perfecto para los amantes del Freeride
Los remontes de Tignes han sido gestionados desde 1967 por la empresa STGM (La Société des Téléphériques de la Grande Motte). La compañía pertenece en la actualidad a la Compagnie des Alpes (CDA). Desde hace más de 25 años, la Compagnie des Alpes, una compañía líder en la industria del ocio en Europa, viene operando las estaciones de esquí más grandes de los Alpes franceses y algunos de los parques de ocio más importantes de Europa. CDA es el principal operador europeo de estaciones de esquí, y líder del mercado del esquí a nivel mundial.
Las Filiales de la Compagnie des Alpes STGM y STVI son las responsables de la gestión de las áreas de esquí de Tignes y Val d'Isère respectivamente. Entre ambas compañías acumulan un total de 2,9 millones de días de esquí.
Tignes ofrece una forma única de experimentar las montañas. La temporada de esquí aquí es una de las más largas de Europa (desde principios de octubre a principios de mayo) gracias a su elevada altitud (1,550 a 3,450 metros). Cuenta además en el Glaciar Grande Motte con una de las pocas zonas de esquí de verano que permanecen abiertas en los Alpes.
La zona del glaciar permanece abierta en verano y otoño para la práctica del esquí con 20kms de pistas de esquí situadas entre los 3456 y los 3000 metros.
Fruto de un plan de mejora a gran escala que finalizará en 2018 y después de más de 40 años de servicio, la "Société des Téléphériques de la Grande Motte" procederá la próxima temporada a la sustitución de las dos cabinas del teleférico de la Grande Motte por unas de última generación movidas por un nuevo cable de tracción.
Además, Tignes ofrece un montón de posibilidades para hacer de tu estancia una experiencia inolvidable. ¿Qué te parecería descubrir el universo mágico bajo el hielo en el lago congelado de Tignes, o un subidón de adrenalina con un salto Bun J Ride, o admirar el magnífico paisaje nevado desde los cielos durante un vuelo en parapente?
Durante nuestra visita del pasado mes de diciembre tuvimos la fortuna de disfrutar del Ice Diving en el Lago de Tignes, una actividad que nos apetecía probar a pesar del respeto que nos imponía el hecho de meternos por un agujero del lago y dar un “paseo” por sus gélidas aguas. Una experiencia única y memorable supervisada por los instructores de l'Ecole de Plongée sous glace de Tignes Guillermo y Ugo que nos dieron la formación y las instrucciones necesarias para realizar la actividad. Tras cambiarnos y vestirnos con un traje de buceo seco nos dirigimos andando hacía el agujero desde donde debíamos sumergirnos. Una vez dentro te sorprende la gama de colores que la luz produce atravesando el hielo y la nieve, las burbujas encerradas en la gruesa capa del hielo que tenemos sobre nuestras cabezas. Toda una experiencia, impresionante.
Hablando de Tignes no podemos olvidarnos del apres-ski. Tignes ofrece una variada oferta de bares, restaurantes y locales de ocio que nos sorprendieron gratamente. Para nosotros fue una sorpresa descubrir una oferta gastronómica de gran calidad, una cocina moderna y elaborada donde miman los productos locales.
Tres restaurantes nos sorprendieron especialmente.
La primera noche disfrutamos de una cena espectacular en La Table de Jeanne. Dirigido por Emma Bouvier, hija de Jean Michel, el antiguo Chalet Bouvier se ha renovado para convertirse en la "Mesa de Jeanne", en recuerdo de la abuela que trabajaba como cocinera en los hogares burgueses. En una cálida decoración de granja con sillas de madera y vajilla desajustada, este restaurante sirve especialidades tradicionales (fondue, raclette) y otras recetas locales más olvidadas, tales como farcement, matefaim o saboyana caliente de carne de cerdo de granja servida directamente en la cacerola. Una experiencia de bienvenida, de regreso a las raíces.
La segunda jornada de esquí comimos en el restaurante panorámico del Glacier de la Grande Motte a 3032 metros. En su cocina abierta al restaurante, Jean-Michel Bouvier se inspira en su origen saboyano y elabora productos regionales con sencillez y respeto por los sabores originales.
El día de nuestra despedida también pudimos disfrutar del nuevo bistro-alpino Oh La Vache en Val Claret, donde nos sirvieron un chuletón realmente espectacular.
En definitiva, desde la temporada pasada Tignes vuelve a estar en un lugar preferente de nuestra agenda de viajes de esquí.
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